La piel que recubre nuestros pies debe de ser cuidada de la forma adecuada
con una prolija higiene e hidratación que le permitan estar tersa y suave. De
lo contrario puede agrietarse provocando verdaderas fisuras dolorosas en
los pies.
Las fisuras en el talón constituyen una podopatia bastante frecuente, que
determina la formación de finas laceraciones lineales de la epidermis, que
pueden alcanzar la dermis, provocando dolor y sangramiento.
Hay muchas causas potenciales para este tipo de lesiones entre las cuales
podemos mencionar: alteraciones climáticas (frio), consecuencia de
psoriasis, mala circulación sanguínea, diabetes, dermatomicosis
hiperqueratósica, agresores químicos, andar descalzo, uso de calzado
abierto (chanclas, sandalias…) , aumento de la fricción de la parte trasera de
los zapatos, aumento de peso.
Esta podopatía es muy frecuente en las personas de edad avanzada y en los
pacientes portadores de diabetes ya que la deshidratación en los pies es
muy común.
El tratamiento recomendado dependerá de la gravedad y el dolor que le
produzcan las fisuras. En todo caso es aconsejable que acuda a su podólogo
ya que el le aconsejara en su caso cual es el tratamiento más adecuado.
Es recomendable realizar una buena prevención para prevenir su formación,
se aconsejan exfoliaciones de las queratosis por profesionales y mantener la
piel hidratada con cremas humectantes. Los jabones y detergentes fuertes,
así como el aroma de ciertas cremas humectantes irritan la piel y pueden
secarla más. En pacientes con dermatomicosis el tratamiento será en base a
cremas antimicóticas.
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